La importancia de enunciar bien los problemas

Para entender la importancia de enunciar bien los problemas revisaremos un ejemplo histórico muy utilizado y que se detalla en el libro Pensamiento Caja Negra de Matthew Syed.

Abraham Wald hijo de un panadero judío, fue un matemático húngaro experto en análisis estadístico y econométrico, geometría y teoría de la decisión.

Se fue de su casa en 1927 para estudiar Viena, En 1931 se doctoró en Matemáticas por la Universidad de Viena bajo los auspicios de Karl Menger (el hijo del famoso economista), pero pese a su brillantez nunca le dejaron acceder a un puesto universitario: era judío, y el gobierno austríaco pro-nazi de entonces no lo permitía.

En 1938, temiendo por su vida, emigró a Estados Unidos, aprovechando una invitación de la Comisión Cowles para la Investigación Económica (cuna de numerosos premios Nobel de Economía).

En Estados Unidos logro un puesto en el Comité de Matemáticas Aplicada. Un día, en plena Segunda Guerra Mundial, recibió una visita inesperada de unos representantes del servicio de análisis del ministerio de Defensa para pedirle consejo.

El problema de los bombarderos

En aquel entonces, los bombarderos en Europa debían arriesgarse bastante, durante gran parte de la guerra la probabilidad que un piloto sobreviviera en una misión era un poco más del 50%

Fue por esto por lo que los jefes vieron la necesidad de blindar los aviones para protegerlo de los disparos que recibían, el ejército se había preocupado de examinar todos los aviones que volvían para determinar daños y evitar que ocurran en el futuro.

En la reunión le enseñaron un gráfico similar al mostrado a continuación:

Los puntos rojos reflejaban los impactos recibidos, y el objetivo era blindar las zonas de mayor probabilidad de daño para reforzar la seguridad de los pilotos minimizando los efectos sobre la estabilidad y la rapidez de los aviones (derivadas del mayor peso), era de sentido común concluir que si se protegía la zona con mayores disparos era más probable que volvieran con vida.

Sin embargo, Wald no estuvo de acuerdo, habían pasado por alto datos claves; sólo consideraron los aviones que lograron volver y no los que no habían vuelto (los que habían caído en combate).

Por lo anterior, concluyo lo opuesto a lo que le habían propuesto, tan sólo un disparo en la cabina o cola derribarían los aviones (al revés de la propuesta original de reforzar las alas).

El análisis de Wald estuvo clasificado hasta 1980 actualmente se encuentra en internet (https://pdfs.semanticscholar.org/5dcc/ab070b8f9c5d03e8a0d3a9e92327dbd31c44.pdf )

 Este ejemplo, permite darnos cuenta la importancia de enunciar bien los problemas dado que si no se hace no se logra llegar adecuadamente a las causas raíces y se puede llegar a conclusiones inadecuadas.

No es lo mismo decir que el problema es que los aviones que llegan tengan menos impactos de bala que decir que el problema es que una gran cantidad de los pilotos que salen a combate no vuelven.

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